2017-11-23
A partir del quinto mes de gestación, la mayoría de los bebes comienzan a chuparse el dedo como un mecanismo que prepara su organismo para la succión de alimento al momento de nacer. Durante los primeros meses de vida, los bebes se alimentan por medio de la leche materna, que les permite recibir los nutrientes necesarios para su sano crecimiento. En este momento la succión funciona como uno de los primeros reflejos que le permiten al bebé adaptarse a su nuevo medio. Sin embargo, algunos niños no desarrollan estos movimientos y una de las formas que ayuda a que muchos bebés mejoren su capacidad de succionar la leche materna, es el uso de chupos ortopédicos que les permite mejorar la succión de la leche y desarrollar los músculos que permiten hacer este movimiento. En estos casos, el uso del chupo es considerado como beneficioso para el bebé ya que lo ayuda a desarrollar partes motrices de su cuerpo como el rostro.
Tiempo después, la succión se convierte en un movimiento voluntario que produce relajación frente a algunas situaciones que desconoce como la oscuridad, el momento de dormir entre otras. Allí es donde el chupo es utilizado como método para tranquilizar al bebé, o lograr que deje de chuparse el dedo. Este chupo ha generado puntos de vista diferentes entre pediatras, expertos del cuidado infantil, odontólogos pediátricos, entre otros. Muchos de los estudios realizados en el tema, han demostrado que el uso del chupo evita que el proceso de dentición (salida y desarrollo de los dientes) se dé adecuadamente, e incluso genere problemas en el desarrollo del habla del bebé, desde la mala pronunciación de algunos sonidos hasta la mala pronunciación de algunas palabras. Estos problemas aunque pueden ser corregidos son completamente innecesarios.
Otras de las situaciones negativas que produce el chupo es el no desarrollar la actividad motriz de la mandíbula como lo hace la succión natural, activando otros músculos de la boca logrando que la cavidad maxilar superior se comprima y que los dientes de la parte delantera sufran una alteración, afectando el proceso de deglución y malformación de la mordida.
Por ello es recomendable que los padres sepan de los beneficios y contra indicaciones que tiene el uso de estos objetos y cuando es indicado utilizarlos, pues un uso prolongado después de los dos años de edad puede causar afectaciones en los niños y no es recomendable usarlo desde que nace para evitar futuras complicaciones.
¿Qué pasa si el bebé no quiere dejar el chupo?
Tanto el uso del chupo como chuparse el dedo, pueden convertirse en una adicción para los bebés. Sin embargo, se debe tener en cuenta que durante su crecimiento habrá momentos en que el mismo decidirá dejarlo y por eso no debe obligársele a hacerlo ya que podría generar otro tipo de afectaciones en sus desarrollo emocional durante el cual irá encontrando diferentes maneras para controlar sus ansiedades, como en el caso del apego a los juguetes, el no querer soltar una cobija o querer dormir con peluches.
El abandono del chupo se puede asociar también al desarrollo de auto confianza , que lo va convirtiendo en una persona más independiente y sin miedos o necesidad de estímulos q lo relajen. Trabajar constantemente en el desarrollo de su confianza es también una manera sana de lograr que deje de usarlo.