2017-08-09
Cuando hablamos de golosinas para los niños hay cosas que se deben tener en cuenta. Los pediatras recomiendan que se trate de postergar lo más que se pueda el primer dulce, esto con el propósito de que tanto la salud física y dental de los niños no se vean tan afectadas a temprana edad. Se sabe que los dulces son dañinos para la dentadura de los niños ya que generan malestares y aparecen de las caries. Son una preocupación frecuente ya que no importa la cantidad de dulce que se consuma, sino la frecuencia con la que se da este consumo, ya que entre más alta sea, mayor es la probabilidad de desarrollar caries y placa bacteriana.
Como padres, es parte de una buena formación hacia los hijos el control de los alimentos que consumen. Una buena forma de ver los dulces como un alimento más, es no darles importancia. Colocar los dulces como un premio por ejemplo, después de comerse las verduras, puede convertirlas en algo superior al alimento normal, y generará un deseo mayor en ellos para consumirlo. Siempre es mejor premiar a los niños con palabras de cariño o con cosas no comestibles, de este modo no verán un alimento más rico o provocativo que el otro.
Acostumbrar a los niños a vivir sin dulces no es una tarea difícil si se hace desde un comienzo. Ofrecer frutas como postre es un buen comienzo. Una presentación divertida en el plato hará que sea más llamativa para ellos y la comerán con gusto. Cambiar la gaseosa por jugos naturales será sin duda una mejor opción, tendrá menos azúcar y será más nutritivo. Es importante hablar con ellos sobre lo que hace bien a su cuerpo y lo que no. Dale opciones a tu hijo para que escoja, de esta forma aprenden a diferenciar lo que es dañino para ellos y por qué podrían reemplazarlo.
Si por el contrario son niños que ya están acostumbrados al dulce, también hay solución. Comienza por reducir las raciones de azúcar a las que están acostumbrados; jugos menos dulces, un chocolate en vez de dos o la mitad de la tostada con mermelada y no completa. Pequeños cambios que se pueden ir acomodando hasta que se eliminen parcial o completamente, ayudan a que los niños se acostumbren a vivir sin la necesidad de las golosinas.
Controla la cantidad de dulces que consumen cuando están con sus amigos o con familiares, no es una buena opción privarlos de ellos, pero si es posible darles unos cuantos y no todos los que el desee. Por último sé un ejemplo para ellos siempre. No permitas que tu hijo te vea en un ataque de ansiedad por el dulce, o que te vea comer siempre cosas malas para el cuerpo. Haz de las golosinas algo normal en la alimentación, tanto tuya como de él. De este modo verá que no es algo importante y que aunque esté presente todos los días, no es fundamental para su alimentación.