---

Escuchar a quienes nos hablan, respetar sus opiniones y poder tener una conversación con el otro, son comportamientos que esperamos de nuestros hijos desde edades muy tempranas. Sin embargo, es importante entender que cada niño pasa por una etapa de curiosidad, donde se presentan varios comportamientos que evitan que el poner atención a una sola cosa o seguir una orden, sean fáciles de comprender y ejecutar.

Ellos tienen todo un mundo por conocer, esto hace que lograr que enfoquen su curiosidad sea un trabajo de todos los días que puede lograrse con actividades fáciles que estimulan la escucha y el sentido del oído.

1. Utilice la música:

Acostumbrar a sus hijos a que escuchen música de fondo o llevarlos a conciertos de música clásica, fomenta el desarrollo de la audición al identificar sonidos diferentes. Este comportamiento estimula la escucha activa e invita al niño a saber de dónde proviene ese ruido que nota como “extraño”.

1. La literatura una gran aliada:

Hacia los tres años, los niños se comienzan a interesar por las historias. Contarles un cuento, se puede convertir en una herramienta de enseñanza importante, que les ayuda a ejercitar y desarrollar la imaginación, la conciencia sobre lo que se está diciendo y la comprensión de lectura, que puede ser reforzada por medio de preguntas sobre lo que están escuchando o el libro que se esté leyendo.

1. Ambiente propicio

Otra forma de enseñar a los niños a poner atención es eliminar las distracciones. Cuando se debe hablar con los niños, sobre todo en temas importantes, los objetos que los distraen fácilmente como el televisor, el celular o los juguetes no deben estar cerca y cuando se les hable, el contacto visual es fundamental. La importancia de que los niños miren a los ojos desde pequeños ayuda a reforzar su confianza y ayuda a que haya una conexión que impedirá que ellos se distraigan y miren para otro lado.

Por último, es importante acostumbrar a los niños a que las cosas que se les dicen y que no entienden no se repiten siempre. De este modo empezará a poner más atención sobre lo que le están diciendo. Esto debe hacerse en situaciones que les resulten cómodas. Como por ejemplo al estar reunidos en momentos familiares, a la hora de la comida o durante una celebración.

No hay que olvidar que una buena comunicación con los niños es fundamental para crear vínculos de confianza, que reforzarán cada una de las enseñanzas que se les da en cada etapa de la vida. Educarlos para ser buenos en la escucha, los ayudará a prestar atención, respetar la palabra de quien les comunica, entender lo que el otro dice y pensar antes de actuar.