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Existen 2 palabras claves que todas las adolescentes deberían aprender cuando se trata de cuidar sus senos: Tocar y mirar. Una práctica tan común como el autoexamen de seno con una periodicidad bimensual es una herramienta clave y valiosa en la detección del tipo más común de cáncer femenino, el de mamas.

Una de las causas más comunes de cáncer mama es una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2 que cumplen una función de control en la reproducción celular para que las células no se puedan reproducir más veces ni más tiempo de los debidos. Cuando estos dos genes se alteran se produce una reproducción de células excesivas que da como resultado generación de tumores.

Enseñarle a hacer el autoexamen de seno a tus hijas  es una práctica que le servirá en su vida adulta, ayudará a preservar su salud y en algunos casos puede salvar vidas.

En primer lugar debes enseñarle a pararse sobre un espejo con el pecho desnudo para poder observarse adecuadamente, luego debe poner sus dos manos tras la cabeza, manteniendo los codos levantados y dedicarse a observar lo mejor que pueda los siguientes factores:

• Forma
• textura y tamaño
• color
• simetría
• forma y posición de los pezones

El segundo paso que debe efectuar es la palpación: para esto debe dejar solo una mano detrás de la cabeza con el codo elevado, y utilizar la otra para  tocar el borde axilar e ir bajando por el reborde mamario mientras hace movimientos circulares, desde el exterior hacia el centro de la mama. 

Una vez ha terminado este paso puede examinar el pezón  presionándolo entre el pulgar y el índice, y observar si hay tejidos, formaciones, abultamientos, rugosidades, secreciones o manchas inusuales.

Estos pasos deben realizarse  una vez en cada mama.

Ámate, cuídate, quiérete y enséñales a tus hijas a hacerlo también. Hablemos de temas interesantes, hablemos de salud.