2017-12-05
El refrán popular de las abuelas y de algunos médicos es: más vale prevenir que curar. Esto es aplicable a nuestra salud. Son pocas las personas que van al médico buscando hacerse un chequeo anual y muchas las que llegan al consultorio cuando ven su salud deteriorada.
Como lo indica el refrán, los exámenes de rutina cada año ayudan a examinar y medir el estado de los sistemas que componen nuestro cuerpo con la intención de detectar indicios de enfermedades y corregirlos antes de que se conviertan en problemas mayores. por ejemplo, en un chequeo médico rutinario podemos: encontrar anomalías respiratorias, monitorear el funcionamiento del corazón, conocer el estado del sistema inmune, y el estado de nuestro peso respecto a la estatura.
Pero cuando los resultados no son lo que esperábamos y aparecen otra serie de pruebas secundarias para descartar patologías ¿Cómo podemos saber lo que nos espera y dejar el miedo atrás? Simple, haciéndole estas 6 preguntas sobre los exámenes que vendrán a nuestro médico:
- ¿Cómo debo prepararme para mis exámenes?
- ¿Qué miden y para qué sirven los exámenes que debo hacerme?
- ¿Cuáles son los parámetros normales en las pruebas que debo hacerme?
- Que precauciones o riesgos debo conocer antes de realizar estos exámenes.
- ¿Cuál será el costo de mis exámenes?
- ¿Dónde debo hacerme los exámenes?
- ¿Existe alguna otra alternativa a estas pruebas?
Recordemos que lo único que tenemos al rededor de toda la vida es nuestro cuerpo, por eso escuchar atentamente los consejos y medidas preventivas que nos diga el doctor es fundamental para que la próxima vez los resultados de los exámenes sean mejores y lograr prevenir las enfermedades en vez de tener que curarlas.